Se trata de mi cuerpo al que bendigo, contra el que lucho, el que ha de darme todo en un silencio robusto y el que se muere y mata a menudo.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
..
.
.
.
.
.
.
.
aprieta mi corazón como las uvas y lléname la boca con su licor maduro.